Abr
26

EL TIEMPO

Subsisto, inconsciente tal vez,
sin contar las horas desgranadas,
los días vencidos,
el tiempo diluido en el aire,
acumulando manchas y arrugas
en la piel que se reseca,
con esta mente de niño
que no es consciente
del paso de los años,
estancado en un amor, ya viejo,
pero tan brillante,
que su aura disipa manchas y arrugas,
llantos y dolor,
aunque al final el tic-tac inapelable
ya tenga preparada la factura
y abierta la puerta del establecimiento.

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Abr
24

LA DISTANCIA Y EL SILENCIO

La distancia
he llegado a medirla
con el tiempo,
como al silencio.

Ambos se esconden
en recuerdos viejos,
pero asoman los ojos.

Y mi palabra
los advierte
en cada sueño,
en cada siesta.

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Abr
23

PIEL DE LA QUE DUELE

Sé que no estás,

imposible concreción.

Irreversible falta

esta que me destroza.

Acallo aún el llanto de fuego

que me quiere consumir.

Me inhibo de tal

muestra de flaqueza.

Mi pálida memoria, como alma

de esta conjunción de estrellas,

se me hace piel de la que duele.

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Abr
22

SALMODIAS DE GRAVE SON

Andan ciegos estos ojos de párpados cerrados.

Busco el agua de los mundos flotantes
que emanan de mi pecho,
aspirando el polen tóxico de esta primavera,
hecho de piedra africana molida
por el sol ardiente y triturador del sur.

Las brisas de este mar ácido
que se arrastra hasta mi casa
traen salmodias de grave son,
como almas doloridas huyendo
del desangrado desierto del alacrán.

Andan ciegos estos ojos de párpados cerrados,
seca la bolsa de sus humedades.

Busco el agua de los mundos flotantes
que emanan de mi pecho
y mis pulmones son ahora un rascacielos
de cristal, hecho de arena del sur.

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Abr
21

ACALLO LA ESTRUCTURA DE TU NOMBRE

Acallo la estructura de tu nombre,

que se arma entre mis labios,

por esquivar el dolor

que me devuelve tu silencio,

el golpe y el beso.

Callo mis versos de amor,

que son tuyos. Te pienso,

con los ojos cerrados,

prietos, te veo a lo lejos.

Abro los ojos para mirar

el cielo y sentirlos libres.

Después, tu nombre fluye,

apagado, murmurado,

como un susurro que no percibirás,

una palabra mágica bien organizada,

que se desparrama por el suelo,

entre saliva huidiza

que recorre la comisura de mi boca,

sin hacerse beso.

Y tú te vas, al fin, sin mirar atrás.

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Abr
20

VERSOS A MEDIAS

A veces
nacen versos
con letras perdidas,
como niños
cojos o mancos,
a medias,
incompletos.

Son los más puros,
los que abren
la mente del lector,
con su ingenuo
defecto,
y la ponen
a pensar.

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Abr
19

SON HERMOSAS Y SIMPLES ESTAS MARGARITAS

Estas margaritas pequeñas, mínimas,
guardan en su corazón amarillo
lo inmenso del amor que nos halló
y nos hizo niños, pequeños como ellas.

Estas margaritas crecen torcidas,
como los renglones de Dios,
que hay que saber leer,
igual que este amor inmenso,
que nos atrapó sin aire ni equilibrio.

Son hermosas estas margaritas,
pequeñas, orgullosas y simples,
la compleja belleza que las engalana,
con su rostro de sí y no, abierto
de par en par, es como el sol de la mañana.

Como lo es este amor nuestro, azúcar
que nos bulle por las venas, caliente,
como un virus invasor que nos conquista.

Son hermosas y simples estas margaritas.

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Abr
18

ESCRIBO ABRAZOS

Escribo abrazos tristes.

Me aprietan en los hombros
y el crujir de huesos,
aunque yo no los llamo,
salen solos de este cuerpo mermado
que ya camina cuesta abajo.

Se quedaron ocultos
entre mis costillas, agazapados,
esperando que pasaras cerca
para saltar sobre tus silencios
y llenarlos de risas y de música.

Ahora tengo que sacarlos,
porque aprietan este cuerpo
que se vuelve enjuto
y me duelen ahí adentro.

Por eso los escribo,
para que abran los brazos
y crujan sus articulaciones
al sol y con la lluvia.

Merecen ver un poco de mundo
antes de evaporarse en este desierto
que transito desde que te has ido,
como lo hace el sudor
que me producen tus recuerdos.

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Abr
17

MI BÚSQUEDA

Palabra, aliento,
paz y margaritas vivas,
un trago de agua en el camino,
la brisa entre los pinos abrazándome,
el bosque hermano
y sus aves en discordia,
la luz del amanecer,
el brillo de una ola en lontananza,
tus manos en mis manos,
nosotros.

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Abr
16

LOS DIOSES DEL BOSQUE

Escucho las alondras
antes de rayar el alba.

Los dioses del bosque
me dibujan las líneas truncas
de sus formas.

Las copas de los robles,
las masas brillantes de la encina,
los brazos locos
y deshilachados de los pinos ralos.

Como el beso de la brisa matutina,
que roza mis labios
cuando el sol me estampa su saludo,
cerrándome los ojos,
con los pies afianzados
al borde del abismo verde y pardo
que arropa mi cuerpo
en esta madrugada.

JSR©